Una premisa básica para entender la gestión del cambio se da desde la disciplina de la física y tiene que ver con la segunda ley de la termodinámica, en palabras simples, habla que los sistemas tienden al equilibrio y es en el punto de equilibrio donde la energía es mínima.
Esto quiere decir que para sacar al sistema de un equilibrio se debe aplicar energía, en caso contrario se mantendrá estático.
En las organizaciones ocurre lo mismo, a veces observamos situaciones que nos parecen disfuncionales, pero no existen las organizaciones disfuncionales, estas están perfectamente adaptadas a la comodidad de las personas que tienen el poder o autoridad. Quizás esto al comienzo es difícil de asimilar, pero se puede responder desde un ejemplo muy sencillo, todos hablan de desigualdad y lo negativo que es eso, pero las personas con el poder suficiente para cambiarlos están cómodas con estas injusticias por lo que el equilibrio está perfectamente acomodado para que las personas con mayor autoridad estén a gusto. ( Esto se ve en mayor profundidad en el libro Liderazgo Adaptativo )
Si, por el contrario, a los líderes que toman realmente las decisiones les importará la desigualdad, renunciarían a sus regalías y las repartirían de forma tal que la desigualdad disminuya.
Otro ejemplo, quizás menos controversial puede ser cuando las organizaciones priorizar la producción por sobre la seguridad, alguien podría decir “ hay un problema, porque la seguridad debiese estar por sobre la producción”, pero la verdad es que cuando se prioriza la producción se hace porque históricamente el incentivo por producir más es mayor al producir menos pero de forma segura, esto usualmente cambia en las organizaciones cuando las personas que tienen la autoridad para definir las normas ( líderes de la organización) modifican sus incentivos y los alinean con lo que esperan, dicho de otra forma cuando quieren salir de un estado de equilibrio donde la seguridad es menos importante que la producción y transitan al escenario inverso.
A modo de resumen, lo que quiero reflejar es lo siguiente:
Los sistemas, las organizaciones y las personas, están en el estado que mayor les acomoda (si no fuese así cambiarían). Por lo mismo, siempre será más difícil instaurar un cambio que dejar las cosas tal como están.
Dicho eso, por muy bonito y desafiante que suene una implementación o Programa de Mejora Continua, siempre será recibido como el cambio a una forma de hacer las cosas y la mayoría de las veces las personas preferirán quedarse en su situación actual.